Hablar de Lalín es hablar de naturaleza, de miradores desde los que descubrir que colores como el verde, el ocre, el amarillo o el púrpura pueden tener cientos de matices.
Robledales, sotos y bosques de cuento engalanan este municipio. Imponentes árboles como los robles de “Vilatuxe”, “Espinosa” o “Bermés”, el alcornoque “sobreira do Vento”, el “Árbol do incenso de Rodís”, y tantos otros, se elevan como majestuosos centinelas del paso de la historia.
Lugares mágicos como “Souto de Quiroga”, “Carballeira de Barcia”, “Carballeira do Rodo”, tesoros medioambientales como “A Serra do Candán” o “Sobreiral do Arnego” son lugares que invitan a cerrar los ojos y escuchar el cantar de los pájaros, el viento acariciando las hojas, el rumor de los cientos de arroyos y cascadas, donde sentir el abrigo en invierno, el frescor en verano, el perfume de las flores en primavera o de las alfombras de hojas en otoño... ¿Cuánto tiempo hace que no sientes una paz semejante?