Es una iglesia protorrománica con elementos prerrománicos, del S.XI. aunque ciertos elementos pueden ser anteriores al año 1.000, lo que la convertiría en la edificación más antigua que se conserva en la comarca del Deza.
Tiene planta de una sola nave y ábside rectangular con un carnero en el ápice del testero. La portada occidental es sobria, sin arquivolta y con tímpano apuntado. La parte superior de la nave fue rehecha, perdiendo los canecillos de la primitiva cornisa que no obstante se conservan en el ábside. La sacristía y la espadaña fueron añadidas en el siglo XVIII. A pesar de estas reformas, es una construcción que conserva su encanto y que por su sencillez describe claramente un templo del románico rural.
En su interior destaca un hermoso arco triunfal de medio punto, policromado, que se apoya sobre dos capiteles con motivos vegetales y sendas figuras humanas en el centro.
Para frenar el avanzado estado de deterioro que presentaba, en el año 2016 comenzaron unas labores de restauración que permitieron descubrir varias pinturas murales entre las que destaca un Pantocrátor.
