Lalín es tierra de artistas y de amantes del arte, y se nota en sus calles. Una buena forma de recorrer la villa es descubriendo sus esculturas. Algunas se han convertido en símbolos del ayuntamiento, como la dedicada al aviador Loriga o la estatua del cerdo.
Unas monumentales, otras discretas, unas figurativas, otras abstractas. Todas tienen una historia detrás, anímate a descubrirla!