El trabajo tiene dos partes diferenciadas en material, forma, definición y acabado. Por una parte, la estructura de la base: cinco piezas hechas con piedra, textura de bigarda gorda y geometría de paralelepípedos distribuidos irregularmente, como una especie de escalera que llega arriba de un monolito.
Por otro lado, superposición-acumulación de elementos, ahora humanos; familia proletaria que se alza al cielo sin separarse de unas piezas dentadas que simulan ruedas industriales; alusión directa a la elevación de la familia a través del trabajo.
Marcado contraste entre el macizo pedestal de líneas rectas y la escultura curvada y recortada por múltiples huecos con la intención de aligerar las figuras que avanzan unidas hacia el infinito.
(Texto: Alicia Fernández Dapena)